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domingo, 27 de enero de 2013

Aprender a pensar



Hace mucho tiempo que conozco ésta historia. Nunca he sabido si es real o no, pero no tiene la menos importancia: su mensaje es acertado en cualquier caso y digno de tener en cuenta. El caso es que el que narra la historia es sir Ernest Rutherford, premio Nobel de química y presidente de la Royal Society. Ahí os lo dejo:


Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que este afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pregunta del examen: 'Demuestre como es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro. El estudiante había respondido: 'lleve el barómetro a la azotea del edificio y átele una cuerda muy larga. Descuélguelo hasta la base del edificio, marque y mida. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio".

Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.

Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coja el barómetro y láncelo al suelo desde la azotea del edificio, calcule el tiempo de caída con un cronómetro. Después apliqué la fórmula altura = 0,5 A por T2. Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunté a mi colega si el estudian se se podía retirar. Le dio la nota más alta.

Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.

Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Sí, contesto, este es un procedimiento muy básico: para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el numero de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya tienes la altura.

Este es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro esta a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la pendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio. En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precisión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con el la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: "Señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo." 

En este momento de la conversación, le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares); me dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar.


La historia concluye diciendo que el avispado estudiante era nada más y nada menos que Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el padre del modelo de átomo con nucleo de protones y neutrones y con los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.



lunes, 21 de enero de 2013

Minutillos musicales: Laylama

Nada más llegar de vacaciones la semana pasada, me encuentro un mail de mi nueva amiga musical; ha colgado una nueva sesión. Aquí os lo dejo calentito:

jueves, 17 de enero de 2013

Ofertón

Ayer recibí otra oferta de trabajo/negocio/pelotazo financiero del tipo de la señorita Rita Opico. aunque ésta vez se trata de una ejecutiva anglosajona, alta, pelirroja y de agresiva sexualidad contenida bajo una fría profesionalidad.. Copio y pego:



Estimado!

Yo soy el PR Manager, de una empresa muy grande! Ahora en este preciso instante vamos en la busqueda de personal empleados en Espana.
Nuestra empresa se dedica a implementar la ultima tecnologia y las decisiones normativas En este preciso momento tenemos suficientes clientes que se ubican en el estado de Europa,pero no tubimos la posibilidad de cubrir los, precisamente son los clientes pequenos. Para poder alcanzar cubrir este area tambien nos encontramos en necesidad de Gerentes Regionales, el laburo de los cuales sera hacer esta importante faena.
Nosotros le otorgamos cursos basicos, buen pago y vacaciones pagadas. Su salario del su laburo en el trabajo de medio dia sera de dos a tres mil euros.
Si a Usted le agrada la proposicion, escriba a nuestro e-mail para conseguir mas informacion. En su carta favor dejar su numero de contacto y su ciudad de habitancia. para llegar a conseguir el puesto vacante.


Sinceramente,
Gabriele Winburn 
Gerente de Relaciones Publicas,


¿Se irán pasando mi dirección de correo de gilipollas a gilipollas?

sábado, 5 de enero de 2013

Yo mismo 2.0

Feliz año a todos.

A lo largo de éstos últimos meses me he dado cuenta de que hay cosas de mi vida que no me gustan. O que no me hacen feliz. O que, sencillamente, ha llegado la hora de cambiar. Y no hablo de dejar de fumar o de ingerir grasas parcialmente deshidrogenadas. Lo cierto es que busco es una pequeña catarsis, un empezar de nuevo y acabar con  lo viejo y polvoriento. La lista es breve:

- Dejar de decir que sí a todo el mundo, de pensar bien de todos y de confiar ciegamente en la buena fe humana: estoy harto de que me dejen más vendido que la mula del gitano. A partir de ahora, y sin dejar de ser un buen tipo (porque así me considero yo), voy a tirar un poco más de cinismo y voy a decir a la gente unas cuantas verdades. Educadamente, pero se las diré.

- Ponerme en forma. Estoy hasta los cojones de pesar 80 kilos para los apenas 173 centímetros que levanto. Pretendo conseguirlo con la ayuda de los consejos del señor Darío Pescador. haciendo ejercicio y controlando lo que cómo y cuánto como, para éste verano pretendo encontrarme en 70-72 kilos y en buena forma física.

- Raparme la cabeza de una puta vez. Cada vez que me corto el pelo, se me ve más el cartón, así que he decidido que antes de hacer el ridículo, me rapo la almendra.

- Beberme una botella de vino a la semana como mínimo. "In vino veritas", decía Plinio el Viejo; yo no sé si encontraré en él la verdad, pero me seguro que soy más feliz.

- Abandonar la procrastinación. Disciplinar mi mente para hacer las cosas ahora y no mañana o pasado.

- Dejar los refrescos de mi cubata. Si un licor es bueno ¿para qué estropearlo con agua azucarada? A partir de ahora me lo bebo solo con hielo. 

- Reirme más y echarle más morro a la vida. Disfrutar más de los momentos