Decididamente somos idiotas. El presente video trata de cómo un tipo normal y corriente se vuelve un objeto de curiosidad y deseo solo por tener varios guardaespaldas y un puñado de fotógrafos quemando retinas a diestro y siniestro.
Una prueba más de que la estupidez humana no tiene límites.
No hay comentarios:
Publicar un comentario