Ya os he hablado alguna vez de mi amiga Mónica. Pues bien, mañana afronta la recta final de su antígua vida: tras largos años de sufrimientos y sinsabores, todo está a punto de terminar. No se puede anticipar nada del desenlace final, pero para bien o para mal, supondrá un cambio de ciento ochenta grados en su vida.
Desde aquí quiero enviarte todos mis buenos deseos, esperando que todo se solucione y que recuperes la sonrisa.
Fuente: Logoside
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