Finalizo mis lugares favoritos con el barrio al que me mudaría si pudiera comprarme una casa de un par de millones de euros: Hampstead.


Para llegar deberemos coger la línea Northern (la negra), la misma que para Candem pero ¡ojo! la linea se divide: hay que asegurarse de ir por el ramal que termina en Edgware. La estación de Hampstead es además la más profunda del suburbano: 58 metros de profundidad (o 300 escalones infernales, los he probado). Una vez fuera aparecemos en una de las calles principales, Hampstead High St, que está llena de tiendas y pubs: uno de los más famosos es el William IV, con fantasma y todo. Tal y como bajamos por la calle encontramos a la izquierda el callejón peatonal de Flask Walk: ninguna mujer ni nadie que tenga hijas o sobrinas pequeñas debería de perderse la "tienda de princesas" que encontraremos en el lateral derecho: Mystical Fairies.


Spaniards Inn. O la Posada de los Españoles. Éste famoso pub debe su nombre a dos hermanos de origen español que regentaron el lugar en sus orígenes, allá por el siglo XVI. Cuenta la historia que se mataron el uno al otro en duelo de honor; ¿el motivo? Discutieron por una mujer. Entre sus visitantes célebres se cuentan desde literatos como Dickens, Keats o Shelley hasta el Curro Jimenez local, el bandolero Dick Turpin.

Se llega subiendo por Heath St. y continuando por Spaniards Rd. El camino no es lo mejor ya que en algunos puntos está un poco desprotegido: o se escoge el lado derecho con el carril bici o el izquierdo casi ajardinado (o asilvestrado). Para que os hagais una idea, echad un vistazo al streetview de Google. El local está a la izquierda, ojo que está situado en un estrechamiento de la calzada con poca visibilidad.

No os quedeis solo con beber una cerveza, la cocina es buena; de pub pero buena. Y los dias de sol resulta muy agradable el comer en los reservados del jardín. Ah, si llevais coche, cuenta con aparcamiento propio. Si por el contrario es un día frio y de lluvia, en el interior se está divinamente cerca de la chimenea.



Más hacia abajo podeis pasear por interminables caminos sin pavimentar, en plena naturaleza. Ideal para los corredores, vamos.



