
¿Qué aficionado al airsoft no ha visto The Shooter, protagonizada por Mark Wahlberg, al menos un par de veces? Sobre todos los que tenemos afición a jugar con el rol de "paco". La peli es simple, el argumento bien conocido, los diálogos muy previsibles... aún así las escenas de acción son de buena factura y los rifles son una preciosidad.
Hace un tiempo que tuve el placer de tener en mis manos la versión para airsoft de un auténtico Cheyenne Tactical M200, Chey-Tac para los amigos, el rifle anti-persona más potente el mundo. El rifle de verdad es capaz de disparar balas ultrasónicas de calibre .408 (10x77) a más de 2700 metros con una precisión de disparo sub-MOA (menor a un minuto de grado). Mide 1349 mm y pesa unos 14 kilos. Su cargador es de siete balas y cada uno lleva incluido en el precio el silenciador, ópticas diurnas y nocturnas, y un conjunto de sensores meteorológicos y medioambientales que proporcionan los datos necesarios para lograr blancos a esas distancias.
El de mentiras, fabricado por la casa ARES, es un bicho un poco más ligero (8,640 kg) construido en fibra y aleación de aluminio fresado CNC. Funciona con gas o con muelle, a nuestra elección; con el primero podemos obtener velocidades mayores mientras que con el segundo el mecanismo resulta más duradero y estable al disparar. Preguntando a los expertos, me dicen que es un rifle extraordinariamente sencillo de desmontar y de mejorar, lo cual siempre es un punto a favor en un mundo en el que las mejoras suponen casi siempre desmontar hasta la pegatina del precio. Su precisión es muy buena una vez que la mejoramos, su estructura es robusta y aguanta bien los meneos. Aparte, aparecer con eso en cualquier campo de juego es tener a todo el mundo a tus pies en cuanto lo saques del maletero
¿Las desventajas? El precio (más de 1300 euros), el peso, el tamaño, su escaso rendimiento si no la upgradeamos, ciertos defectos de fabricación, su necesidad de un cañón de ¡¡801 mm!!, el peso... ¿he dicho el precio?
Siendo honesto es brutalmente precioso: incluso podría tener sexo con él. Pero siendo realista considero una pérdida de tiempo y dinero deambular por el campo con semejante bestia cuando con un VRS-10 de Tokio Marui, que vale infinitamente menos, haces lo mismo de manera mucho más cómoda. Solo un capricho justifica su compra. Y seguro que te arrepientes de ello mientras corres colina arriba.
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